Interés africano
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#293septiembre 2025

Interés africano

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En agosto, el OIEA publicó el “Pronóstico sobre la energía nuclear en África”. En el informe, los expertos del organismo describieron la situación del sector energético (incluido el nuclear) en el continente, evaluaron la contribución de los países africanos a la producción mundial de uranio, señalaron las principales dificultades a las que se enfrentan los planes de desarrollo de capacidades nucleares, recomendaron mecanismos que podrían contribuir a este desarrollo y presentaron un ejemplo positivo: la central nuclear de El-Dabaa, que Rosatom está construyendo en Egipto.

Déficit de electricidad y presencia de uranio

En la mayoría de los países de África la electricidad es muy escasa. Alrededor de 500 millones de personas no tienen acceso a ella. La electricidad se produce principalmente a partir de combustibles fósiles.

La principal contribución de África a la energía nuclear es la extracción de uranio. Así, Namibia representa el 11,34% de la producción mundial de concentrado de uranio natural, Níger el 4,08% y la República de Sudáfrica (RSA) el 0,4% (datos de 2022 del OIEA).

Como uno de los ejemplos, el informe menciona el proyecto de la empresa Mantra Resources (controlada por Rosatom). El proyecto Mkuju River se encuentra en Tanzania y sus recursos identificados ascienden a 58,5 mil toneladas de uranio. En 2020, la empresa tomó la decisión de construir una planta piloto de procesamiento para iniciar la explotación experimental de la mina mediante métodos de extracción a cielo abierto y lixiviación subterránea in situ. Para 2022, Mantra Resources había obtenido todos los permisos necesarios para la construcción; en 2023 esta se completó y el equipo fue instalado.

Añadamos una noticia que, probablemente, no alcanzó a figurar en el informe: a finales de julio de este año, Mantra Resources puso en funcionamiento la planta piloto. En la instalación se pondrán a prueba los métodos de procesamiento de uranio y, en caso necesario, se desarrollarán soluciones de optimización. Los datos recopilados servirán de base para las decisiones de diseño del complejo principal de procesamiento, con una capacidad de producción de hasta 3000 toneladas de uranio al año. El inicio de su construcción está previsto para el primer trimestre de 2026 y su puesta en marcha para 2029. La implementación del proyecto permitirá crear más de 4000 nuevos puestos de trabajo en las fases de construcción y explotación de la empresa, tanto en el sector minero como en industrias relacionadas. Se espera que el proyecto también contribuya al desarrollo de la infraestructura regional, incluida la red vial de la región de Namtumbo.

Centrales nucleares: realidad y perspectivas

Por ahora, Sudáfrica es el único país del continente donde se genera electricidad nuclear. Las unidades 1 y 2 de la central nuclear de Koeberg, con una capacidad eléctrica total de 1854 MW, fueron puestas en marcha en 1984 y 1985 respectivamente. Muchos países africanos han declarado su interés en desarrollar generación nuclear, aunque estos planes se encuentran en distintas fases de implementación. En la etapa más temprana, la pre-fase 1, se hallan Namibia, Togo, Burkina Faso y otros países, en total nueve.

Argelia, Etiopía, Marruecos, Níger y algunos otros países, diez en total, han iniciado las discusiones necesarias antes de tomar la decisión de poner en marcha un programa de despliegue de energía nuclear. Los expertos del OIEA denominaron a esta etapa fase 1. En la fase 2 se encuentran Ghana, Kenia y Nigeria, que están preparando la firma de contratos y la construcción tras haber tomado decisiones clave.

La fase 3 supone que las actividades para la implementación de la primera central nuclear ya se han completado. En esta etapa se encuentra solo un país: Egipto. Precisamente su actividad en el sector nuclear se menciona en el informe del OIEA como un caso de éxito.

Actualmente, Egipto es el único país de África donde se está construyendo una central nuclear. Se trata de la planta de El-Dabaa, de 4 unidades con reactores VVER-1200, que construye Rosatom. Una vez finalizada, será la central nuclear más grande y potente de África, con una capacidad total de 4,8 GW. Se prevé que cubra alrededor del 10% de las necesidades energéticas del país. Gracias al proyecto, se han creado miles de puestos de trabajo, impulsando el desarrollo de la ciencia nuclear, los conocimientos de ingeniería y las competencias laborales en el país.

En el marco del proyecto de construcción de El-Dabaa, Egipto coopera con el OIEA. El país ha recibido varias misiones de revisión del OIEA, incluida la misión de Revisión Integrada de la Infraestructura Nuclear (INIR), la misión de evaluación del emplazamiento y de sucesos externos, así como la evaluación de la seguridad técnica. Las partes tienen previsto realizar más misiones y actividades antes de la entrada en operación comercial de la primera unidad.

En general, según el informe, se prevé que la capacidad total de generación de electricidad en los países de África aumente un 47% para 2030 y casi siete veces para 2050. En el escenario optimista, se espera que la capacidad de generación nuclear crezca más de tres veces para 2030 y más de diez veces para 2050 en comparación con la capacidad conjunta de las centrales nucleares en 2022. En el escenario pesimista, la capacidad nuclear se duplicará aproximadamente para 2030 y aumentará cinco veces para 2050 en comparación con los indicadores de 2022. No obstante, hay que entender que cifras tan altas se deben al efecto de una base baja.

Para 2050, la capacidad de generación eléctrica en África podría aumentar casi siete veces, y la generación nuclear, más de diez veces, según el informe del OIEA.

Desafíos y posibles soluciones

El interés de los gobiernos africanos en desplegar capacidades nucleares se enfrenta a una serie de dificultades de diversa índole. La dificultad técnica radica en la falta de preparación de los sistemas eléctricos locales para la integración de centrales nucleares de gran potencia. En el informe, los expertos del organismo proponen considerar la opción de una central nuclear de baja potencia (SMR). “A medida que avancen las tecnologías nucleares, los países africanos con redes eléctricas limitadas o economías en desarrollo podrán contemplar el uso de pequeños reactores modulares, ya que esta tecnología implica menores volúmenes de inversión inicial, menor potencia de salida y un despliegue más rápido, lo que la hace ideal para la mayoría de estos países”, se afirma en el informe. No obstante, los autores del documento consideran que actualmente no existe una oferta comercial en el segmento de los SMR. Sin embargo, cabe recordar que ya se ha firmado el primer contrato de exportación en el mundo para la construcción de una central de pequeña potencia con reactores RITM-200: Rosatom lo firmó con Uzbekistán en mayo de 2024. Además, Rosatom mantiene activas conversaciones sobre la construcción de SMR con distintos países, incluidos africanos.

La mayor dificultad para la construcción de centrales nucleares, incluso de pequeña escala, en los países de África es la falta de financiación. Según las estimaciones de los especialistas del OIEA, incluso alcanzar los indicadores del escenario pesimista requerirá más de 100 mil millones de dólares. Un ejemplo exitoso de financiación de una central nuclear en un país africano es, una vez más, la central de El-Dabaa en Egipto. “Al igual que otros proyectos de energía nuclear en mercados emergentes y en países de ingresos bajos y medianos, el proyecto egipcio de El-Dabaa recibe importantes créditos preferenciales de su proveedor, la Federación de Rusia, con una tasa de interés favorable y un plazo de pago ventajoso. Este tipo de financiación por parte del proveedor, si está disponible, impulsará el desarrollo de la energía nuclear en los países africanos, donde tanto la energía limpia como las inversiones climáticas son extremadamente necesarias”, se afirma en el informe.

El OIEA también deposita grandes expectativas en la cooperación con el Banco Mundial. El 26 de junio de 2025, el organismo y el Grupo del Banco Mundial formalizaron una asociación para apoyar el uso seguro, fiable y responsable de la energía nuclear. En el marco de esta asociación, el Banco Mundial tiene la intención de contribuir a la extensión de la vida útil de las unidades nucleares en operación y apoyar la modernización de los sistemas energéticos y de la infraestructura relacionada. Asimismo, trabajará en el aumento del potencial de los reactores pequeños y medianos. “El acuerdo cambiará e influirá en el flujo de recursos financieros directos hacia la energía nuclear. También puede servir de catalizador para una participación más amplia de otros bancos multilaterales, abriendo nuevas oportunidades para que los países africanos obtengan financiación para sus programas nucleares. Esto permitirá proporcionar más recursos a los países africanos con presupuestos limitados para financiar sus programas nucleares”, señala el informe.

El OIEA también propone varias formas de reducir costos y compartir riesgos. Una de ellas es la creación de una “cartera de pedidos” para las SMR. La idea consiste en formar un consorcio de posibles consumidores que garanticen la venta de la electricidad. Un mercado confiable aumentará la viabilidad de los proyectos y permitirá atraer financiación y especialistas de varias fuentes, además de repartir los riesgos entre los participantes. El segundo método es involucrar en la financiación a las empresas mineras, que tradicionalmente son grandes consumidores de electricidad y están interesadas en un suministro energético confiable para sus instalaciones. “Dado que los países africanos experimentan un rápido crecimiento de la población y la industrialización, la energía nuclear se considera cada vez más, no solo como una solución fiable y baja en carbono, sino también como un medio de apoyo al desarrollo socioeconómico y a la independencia energética a largo plazo”, afirman los autores del informe. El OIEA propone diversas opciones de apoyo experto que contribuirán a la pronta implementación de proyectos de energía nuclear en los países africanos.