Carbón de ayuda
volver al ContenidoEl tema principal en el sector energético en los últimos meses ha sido la crisis energética en los llamados países occidentales. Europa, como un país partidario más activo de la transición a fuentes de energía renovables, comenzó a hablar sobre la necesidad de cambiar al carbón, la fuente de energía más contaminante o sucia. La crisis también afectó a otras regiones, como Australia. En el contexto de la crisis energética se escuchan cada vez más las declaraciones sobre la necesidad de mantener las instalaciones nucleares existentes y construir nuevas.
El texto fue presentado el 15 de julio de 2022 y no tiene en cuenta los hechos ocurridos después de esta fecha.
«El jefe de la AIE dijo que los países deberían posponer el cierre de las plantas nucleares, cuyo cierre estaba planeado previamente, para reducir la cantidad de gas utilizado en el sector energético«, señala el artículo del Financial Times. Sin embargo, los gobiernos de todo el mundo están utilizando formas muy diferentes para hacer frente a la crisis energética.
Alemania
La más dramática es la situación de Alemania. Debido a que la empresa alemana Siemens Energy no pudo devolver la turbina compresora reparada de Canadá, Gazprom se vio obligada a reducir el suministro de gas a través de Nord Stream. A continuación, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, anunció nuevas medidas destinadas a aumentar el volumen de gas en las instalaciones de almacenamiento de gas.
La primera y más obvia es reducir el consumo eléctrico doméstico, o sea, economizar la iluminación exterior, descongelar los frigoríficos con más frecuencia, utilizar el transporte público, etc. La segunda medida es alentar a los consumidores industriales a usar menos gas. Para hacer esto, encontraron una forma original: las subastas, donde los compradores mayoristas podrán vender volúmenes de combustible azul no utilizados o guardados al precio máximo ofrecido. Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas, como panaderías o cafeterías, temen salir siempre perdiendo debido a la menor cantidad de dinero que tienen a su disposición. La tercera medida es un préstamo para la compra de nuevos volúmenes de gas. Finalmente, el cuarto, es la expansión del uso de centrales térmicas de carbón. Se está considerando la opción de reiniciar las centrales eléctricas de lignito, que actualmente se encuentran en stand-by. Los legisladores en Alemania están analizando cómo regular su uso.
Siegfried Russwurm, presidente de la Asociación Federal de la Industria Alemana BDI, se expresó con el pedido de “detener inmediatamente la generación de electricidad a gas y desmantelar de inmediato las centrales eléctricas de carbón. Si la situación del suministro de verano realmente se vuelve tan difícil como parece actualmente, deberíamos tomar esta opción de inmediato«. La idea también fue apoyada por Markus Krebber, CEO del grupo de energía RWE, propietario de las centrales nucleares y de carbón.
En general, las acciones del gobierno y las empresas alemanas son comprensibles, si no fuera por la aguda disonancia, como Robert Habeck, miembro del Partido Verde, que está más a favor de cerrar las fuentes de energía contaminante o sucia.
En el contexto de los intentos de aliviar la crisis energética en Alemania, hubo una vez más llamados a no cerrar las centrales nucleares existentes. Tres unidades están operando actualmente en el país: Isar-2, Emsland y Neckarwestheim-2, pero todas deberían detenerse definitivamente antes de que finalice este año.
Según el anuncio del primer ministro bávaro, Markus Söder, la escasez de electricidad que resulta de la deseada reducción en el uso de gas para la generación de electricidad no debería aumentar por el «apagado descuidado» de la energía nuclear. “Sería absurdo rechazar una extensión temporal como reserva de seguridad por razones ideológicas”, dijo el político a Handelsblatt. Según él, esto sería un desastre no solo para la población, sino también para la economía.
Con la propuesta de analizar las posibilidades del uso de la energía atómica para el sector energético alemán, el ministro de Finanzas alemán Christian Lindner, colega de Robert Habek señaló: “Estoy pensando en el desarrollo económico a largo plazo. No se trata solo de garantizar el suministro energético durante un invierno, sino de garantizar por tres a cinco años la seguridad energética y la escasez de gas… Estoy a favor de un debate abierto y apolítico sobre si debemos mantener las capacidades nucleares en nuestro país durante un período de transición”, dijo, hablando en la conferencia BDI.
Sin embargo, el Ministerio del Medio Ambiente sigue manteniendo la posición de que Alemania tiene buenas razones para abandonar la energía atómica, y claramente no son técnicas ya que las tres unidades operativas son relativamente jóvenes, lanzadas en 1988-1989. Es una cuestión de voluntad política.
Gran Bretaña
Aquí tampoco descartan la posibilidad de cambiar de gas al carbón que es más sucio. “En mayo, le pedí al operador de la red nacional de energía que considerara la posibilidad, si fuera necesario, de continuar la operación de las tres centrales eléctricas de carbón este invierno… Me complació saber hoy de EDF que la central eléctrica de West Burton va a continuar operando”, escribió el 14 de junio en su cuenta de Twitter el Ministro de Empresa, Energía y Estrategia Industrial (BEIS) del Reino Unido, Kwasi Kwarteng. Anteriormente, se planeó que casi todas las estaciones de carbón estén cerradas el próximo invierno.
Según datos trimestrales de BEIS, la producción propia del carbón del Reino Unido en el primer trimestre de 2022 ascendió a 197 mil toneladas. Sin embargo, en el mismo período, las importaciones de carbón aumentaron a 1,5 millones de toneladas, un 40% más que el año pasado. Las importaciones netas representan el 67% de todos los suministros de carbón en el primer trimestre de 2022. Rusia fue el principal proveedor de carbón (34%). La demanda se mantuvo prácticamente sin cambios, alcanzando las 960 mil toneladas. La diferencia entre las importaciones y la demanda es como comprar por adelantado.
En el Reino Unido también planean aumentar la generación nuclear. Pero la manera en la que el primer ministro británico, Boris Johnson, expresó estos planes arroja dudas sobre su veracidad o idoneidad. “Queremos que sea obligatorio modernizar o construir un reactor por año, no por una década”, dijo, hablando en la central nuclear de Hartpool. Sin embargo, el reclamo de la veracidad y la adecuación aparentemente debería dirigirse a todo el gobierno británico, que aprobó la estrategia energética tras largas disputas sobre el átomo. De acuerdo con ello, para 2030, se construirán ocho nuevos reactores en el país.
Los datos para comprender la realidad de la energía nuclear del Reino Unido son los siguientes: actualmente solo hay dos unidades en construcción en el Reino Unido, ambas en Hinkley Point C. Inicialmente, se esperaba que la primera unidad, instalada en diciembre de 2018, se conectara a la red a finales de 2025. En mayo, el EDF francés anunció que la fecha límite se había retrasado hasta junio de 2027.
A principios de julio de este año, tal como estaba previsto, se apagó la primera unidad de la central nuclear Hinkley Point B y la segunda se apagó a principios de agosto. Según los medios británicos, el gobierno no ha pedido a EDF, la propietaria de la central, una solicitud para extender su vida útil.
A mediados de julio, BEIS aún no emitió el permiso para la construcción de la planta nuclear Sizewell C (la solicitud para la cual fue presentada por NNB Generation Company (SZC) Limited en junio de 2020).
En 2019, la japonesa Hitachi anunció la suspensión de los proyectos para construir las centrales nucleares Wylfa Newydd y Oldbury, en Gran Bretaña, aunque el proyecto obtuvo la licencia en 2017.
Finalmente, en febrero de 2022, el proyecto chino HPR-1000 (Hualong One) fue certificado en el Reino Unido, sin embargo, las posibilidades de que el proyecto se implemente son escasas. Se impusieron sanciones directas de EE.UU contra el propietario del proyecto, la empresa china CGN. Además, la nueva estrategia de la OTAN identifica a China como un desafío sistémico a los valores, la seguridad y los intereses de sus miembros.
Los últimos ocho años no indican que se instalará y construirá más de una unidad de potencia nuclear en Gran Bretaña para 2030 (excluyendo las que están en construcción), y sus perspectivas están en duda.
Australia
En Australia, se ha desarrollado una situación fenomenal: el país, uno de los mayores proveedores de carbón del mundo se enfrenta a problemas en la generación de carbón.
Hay varias razones para ello. Varias centrales eléctricas de carbón fueron cerradas por reparaciones programadas y varias más se cerraron por emergencia. Los precios del carbón se dispararon cuando Europa se negó a comprar carbón ruso y la demanda aumentó. Además, varias minas australianas se inundaron por fuertes lluvias, y además, debido al mal clima invernal, crecimiento del consumo y la débil generación renovable. Como resultado, existía el riesgo de apagones continuos y los precios subieron considerablemente.
El regulador australiano, AEMO, redujo el precio tope de los AU$15.100 por MWh previamente establecidos a AU$300 por MWh. Sin embargo, el tope estaba por debajo de los costos de las centrales eléctricas, por lo que dejaron de ofrecer electricidad al mercado. El 15 de junio, por primera vez en la historia, AEMO suspendió la negociación en el mercado mayorista de electricidad.
Como medida de emergencia, el gobierno australiano pidió a los residentes que limitaran el consumo durante los picos nocturnos y aprobó el derecho a prohibir que las empresas de carbón exporten carbón si no hay suficiente en el mercado interno. La solución a largo plazo fue aumentar los precios de la electricidad a partir del 1° de julio (las cifras específicas varían según el estado).
Algunas conclusiones
Alemania, Gran Bretaña y Australia son sólo ejemplos de la manifestación de la crisis energética. Su geografía es mucho más amplia. El presidente Joe Biden introdujo un estado de emergencia en los Estados Unidos, en Filipinas hay escasez de generación, en Sri Lanka hay apagones continuos e incumplimiento. En Europa, la crisis energética se discute en todas partes. Polonia, República Checa, Dinamarca, Austria, Suiza, Países Bajos, Suecia y Francia hablan de la necesidad de expandir, al menos temporalmente, el uso de la generación a carbón, construir nuevas centrales nucleares o extender los plazos de las centrales ya existentes.
El carbón se percibe en Europa como una cura para la crisis, porque es más barato y más accesible que el gas. Pero, ¿qué pasa con la agenda climática? Los líderes europeos argumentan que los objetivos climáticos y los plazos se mantienen sin cambios. Vamos a ver.
La situación ya ha ido más allá del suministro de energía en sí, y es poco probable que los políticos que no pueden proporcionar luz a los hogares y el funcionamiento de las empresas puedan mantenerse en el poder por más de un ciclo electoral.
Pero los países con la generación nuclear desarrollada se ven menos afectados por la crisis energética, al menos en el sector eléctrico. Países como la República Checa y Eslovaquia reciben el combustible nuclear de Rusia, las centrales nucleares están en funcionamiento y los clientes reciben electricidad.
Las centrales nucleares, como ha demostrado la práctica de la extensión de vida en todo el mundo, pueden operar mucho más tiempo de lo planeado originalmente. Las extensiones de vida útil también son económicas. “La energía solar y eólica se están volviendo muy baratas, pero una de las fuentes de electricidad más baratas del mundo es extender la vida útil de las centrales nucleares existentes”, dijo Fatih Birol en una sesión de preguntas y respuestas para el OIEA. Como caso de ejemplo, en marzo de este año, el gobierno belga ordenó que se tomaran medidas para ampliar las dos unidades de potencia del país.
La energía atómica puede brindar apoyo en una crisis, pero solamente si esta industria ya existe en el país. Una unidad de energía nuclear no aparecerá en un chasquido de dedos, por lo que si se decide construir una nueva unidad por la mañana, la misma no aparecerá por la noche.
Pero si realmente se decide y se construye, las centrales nucleares pueden ser útiles en el futuro. En noviembre del año pasado, ya escribimos que la crisis energética, que se formó en otoño pasado, es similar a la crisis de 1973 (sin embargo, esta vez la escasez de recursos, que comenzó siendo de mercado, se politizó y se agudizó extremadamente por los consumidores). Una de las consecuencias de la crisis de hace medio siglo fue la construcción intensiva de centrales nucleares. “La crisis del petróleo de la década de 1970 trajo problemas económicos y sociales, pero al mismo tiempo le dio al mundo nuevas tecnologías, tanto en el campo de la eficiencia energética como en la distribución de otras fuentes de energía, incluida la nuclear. Más del 40% de las centrales nucleares existentes se construyeron en respuesta a la crisis del petróleo”, confirmó Fatih Birol, en una entrevista para el OIEA.
Pero, ¿podría no habrá más crisis? Lo más probable es que las haya, grandes o pequeñas ya que la industria del petróleo y la del gas tiene “fiebre” cada cinco o siete años. Lo principal es que una central nuclear es adecuada no sólo durante las crisis, sino también en períodos de crecimiento. Esta es una fuente estable de generación básica para la operación sostenible de los grandes consumidores, como las empresas industriales y asentamientos. El trabajo estable, el calor y la luz en el hogar significan que los residentes estén satisfechos y los negocios se realicen con éxito, es decir, la base de cualquier sistema político que quiera permanecer más tiempo en el poder.