La energía nuclear atrae inversiones
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#288abril 2025

La energía nuclear atrae inversiones

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Hablar del renacimiento de la energía nuclear en los medios y en los círculos de inversión se ha vuelto casi habitual. Tras el accidente en la central de Fukushima, la industria nuclear global fue objeto de un fuerte rechazo y ha recorrido un largo camino hasta recuperar el reconocimiento de sus principales virtudes: estabilidad (en generación y costos) y sostenibilidad ambiental. Últimamente, ese reconocimiento no solo es público y legal (como su inclusión en las taxonomías de actividades sostenibles), sino también financiero. Los proyectos nucleares han empezado a recibir aprobaciones de financiación para su construcción, y eso marca una tendencia muy significativa.

Por supuesto, no puede decirse que antes no se asignaban fondos a la industria nuclear. Según Robert Bryce (Libro “La riqueza de las naciones: electricidad y necesidades del mundo”), en 2020, las startups en el ámbito de la energía nuclear recibieron inversiones por un total de 381 millones de dólares, y, en 2021, ya 3.400 millones, y estas cifras continuaron creciendo. También cabe mencionar la ley de inversiones en infraestructura de EE.UU. por un valor de 1,2 billones de dólares. De esa suma, se prevé destinar 6.000 millones a evitar el cierre de centrales nucleares existentes y 2.500 millones al programa de demostración de reactores avanzados (iniciado en 2020).

Sin embargo, las startups no son instalaciones aprobadas por los reguladores. El cierre de plantas no es lo mismo que la puesta en marcha, y los proyectos de reactores avanzados en EE. UU. siguen siendo las mismas startups, la gran mayoría de las cuales aún no ha recibido aprobación regulatoria. Por eso, una etapa muy importante es la asignación de fondos para la construcción, especialmente de centrales nucleares con reactores de gran potencia que requieren inversiones significativas. De esto es de lo que han venido hablando en los últimos años los directores del OIEA y de la WNA, Rafael Grossi y Sama Bilbao y León.

Los Estados interesados en conservar y desarrollar sus capacidades nucleares, libres de carbono y confiables, han comenzado a asignar sumas importantes para financiar proyectos nucleares.

Los líderes en inversiones en energía nuclear son Rusia y China. China lidera en construcción nacional, mientras que Rusia lo hace en el ámbito internacional. El apoyo financiero es una de las opciones que Rosatom ofrece a sus clientes al negociar futuros contratos. Además, para financiar proyectos nucleares, Rosatom y las organizaciones que lo integran recurren a créditos “verdes” otorgados por bancos comerciales.

Sin embargo, los proyectos nucleares en otros países también empiezan poco a poco a recibir financiación. A continuación, presentamos algunos ejemplos recientes.

Francia

En marzo, la oficina del Presidente de Francia anunció que el Estado había aceptado conceder a la empresa EDF, propietaria del parque nuclear del país, un crédito subvencionado que cubrirá al menos la mitad del costo de construcción de seis reactores. Las cuestiones relacionadas con la financiación deben resolverse en las próximas semanas, tras lo cual los documentos se enviarán a la Comisión Europea para su aprobación. Los planes para construir una nueva serie de reactores fueron anunciados por el Presidente Emmanuel Macron a principios de febrero de 2022. En ese momento, los medios mencionaron una serie de seis unidades con reactores EPR2, con la opción de construir otras ocho. Las nuevas unidades están destinadas a reemplazar parcialmente a las que serán retiradas del servicio y a aumentar la capacidad instalada total del parque nuclear francés.

En 2022, el costo para las seis unidades se estimó en unos 50 mil millones de euros. En marzo de 2024, los medios franceses, citando una fuente, informaron que la cifra había aumentado a 67,4 mil millones de euros. No obstante, no se descarta que el costo final sea aún mayor. Según EDF, en noviembre de 2023, el costo total estimado para la construcción del reactor Flamanville-3 ascendía a 22,6 mil millones de euros. Flamanville-3 es la única unidad construida en Francia en el siglo XXI y puede considerarse una referencia en términos de costos.

Polonia

El Presidente del país, Andrzej Duda, firmó una ley para asignar 60.000 millones de zlotys (aproximadamente 14.400 millones de euros) para la construcción de la primera central nuclear del país, que se ubicará en el emplazamiento de Lubiatowo-Kopalino, en Pomerania. Anteriormente, en enero de este año, la financiación había sido aprobada por el gobierno, y aprobada por el Parlamento en febrero.

La ley prevé cubrir el 30 % del capital de la empresa estatal Polskie Elektrownie Jądrowe (PEJ), responsable del proyecto. El 70 % restante se espera atraer a través de fuentes externas. Así, la suma total de inversiones debería alcanzar los 48.000 millones de euros.

Desde diciembre de 2024, el proyecto está en proceso de aprobación por parte de la Comisión Europea. PEJ está negociando con el contratista general, un consorcio formado por Westinghouse y Bechtel. Se espera que la construcción del primer bloque comience en 2026, y que la planta entregue su primera electricidad en 2033.

India

India ha puesto el foco en la energía nuclear de baja potencia. En el presupuesto nacional para 2025 se han previsto unos 2.500 millones de dólares para el diseño e implementación de centrales nucleares de pequeña capacidad con reactores modulares pequeños (SMR). El Departamento de Energía Atómica de India está desarrollando un proyecto con el reactor BSMR-200, de 200 MW, un reactor de agua pesada con circulación natural (PHWR), que funcionará con uranio de bajo enriquecimiento. El diseño conceptual del BSMR ya ha sido completado y se encuentra en fase de aprobación. El plazo estimado de construcción es de 60 a 72 meses a partir de la aprobación del proyecto. Además, India está desarrollando otro proyecto con un reactor del mismo tipo, pero de 55 MW de potencia. Se espera que en 2033 entren en operación en el país al menos cinco unidades con reactores de pequeña capacidad de diseño nacional.

Por otra parte, India continúa con su programa de construcción de grandes centrales nucleares. En febrero de este año, la Ministra de Finanzas, Nirmala Sitharaman, confirmó los planes del gobierno de aumentar la capacidad instalada nuclear a 100 GW para 2047 (actualmente es de 7,55 GW). Actualmente, se están construyendo seis unidades con una potencia total de 4,7 GW. Cuatro de ellas corresponden a la segunda y tercera fase de la central Kudankulam, con reactores VVER-1000 de diseño ruso. Las partes rusa e india están negociando la construcción de seis grandes reactores en un nuevo emplazamiento, así como una central de baja potencia.

EEUU

En marzo, el Departamento de Energía de EE. UU. desembolsó 56,8 millones de dólares en el marco de una garantía de préstamo de hasta 1.520 millones de dólares para el proyecto de reapertura de la central nuclear Palisade, de una sola unidad. Este reactor, con una potencia de 800 MW, fue detenido en mayo de 2022 y posteriormente adquirido por la empresa Holtec International. Inicialmente, Holtec tenía previsto desmantelar la unidad, pero luego tomó la decisión de reactivarla. El pago realizado en marzo constituye el segundo desembolso dentro de esta garantía crediticia; el primero se efectuó en septiembre del año pasado.

Inversión participativa

Las empresas están encontrando nuevas formas de inversión. Por ejemplo, la compañía energética checa ČEZ cerró en marzo de este año un acuerdo para adquirir el 20% de la británica Rolls-Royce, desarrolladora de reactores modulares pequeños (SMR). Según el Primer Ministro checo, Petr Fiala, la inversión ascendió a “varios cientos de millones de libras esterlinas”.

Este año, ČEZ y Rolls-Royce tienen previsto discutir las condiciones del contrato para el suministro del primer bloque energético. En total, las empresas planean desplegar SMR con una capacidad conjunta de hasta 3 GW. Además, ČEZ tiene la intención de participar en el despliegue de SMR británicos en otros países.

De este modo, si el proyecto se materializa, el acuerdo garantizará la entrada de Rolls-Royce en el mercado energético checo, y permitirá a ČEZ suministrar componentes para los SMR, tanto en la República Checa como en el extranjero.

Bonos verdes

Otra opción es la captación de fondos a través de mercados públicos. Por ejemplo, la surcoreana Korea Hydro & Nuclear Power Co (KHNP) emitió a principios de marzo de este año bonos verdes por un valor de 1.200 millones de dólares de Hong Kong (unos 154 millones de dólares estadounidenses).

La compañía prevé destinar los fondos recaudados al financiamiento de investigaciones y desarrollos relacionados con centrales nucleares, así como a mejorar la seguridad de las plantas existentes. KHNP declaró que, gracias a la emisión de bonos verdes, podrá financiar proyectos nucleares con tasas más bajas.

Contratos de suministro de electricidad

Esta forma de inversión en energía nuclear ha sido la preferida por las empresas tecnológicas. En otoño del año pasado, Microsoft, Google y Amazon firmaron acuerdos con operadores y desarrolladores de centrales nucleares para el suministro de electricidad destinada a sus centros de datos. Google llegó a un acuerdo con Kairos Power, Amazon con X-Energy, mientras que Microsoft no apostó por startups, sino por la reactivación de la central nuclear Three Mile Island, propiedad de Constellation Energy.

Y además…

Hemos mencionado solo algunas formas de financiamiento para grandes proyectos en el ámbito de la energía nuclear. Existen proyectos de menor escala, como por ejemplo la financiación por parte del gobierno de Canadá del diseño del nuevo reactor de agua pesada Candu Monark con una potencia de 1.000 MW, por un monto de hasta 304 millones de dólares canadienses (unos 212 millones de dólares estadounidenses) durante un período de 4 años.

Algunas inversiones aún están pendientes de aprobación. En el presupuesto de Sudáfrica se han asignado 1.200 millones de rands (alrededor de 66 millones de dólares) para la construcción de un reactor multipropósito en Pelindaba. El presupuesto debe ser aprobado por el parlamento. Sin embargo, los fondos no serán suficientes. El desafío del gobierno es encontrar socios que proporcionen no solo el capital restante, sino también tecnologías.

A finales de marzo, el gobierno sueco presentó al parlamento un proyecto de ley sobre el apoyo estatal a las inversiones en energía nuclear. La propuesta incluye la concesión de préstamos estatales a tasas reducidas para el diseño, la preparación para la construcción, la ejecución y las pruebas de cuatro unidades nucleares con una capacidad eléctrica total de 5 GW, así como el uso del mecanismo de ajuste de precios mediante contratos por diferencia (CfD). Se prevé que la financiación pública se incluya en el proyecto de presupuesto para 2026. A partir del 1 de agosto, las partes interesadas podrán presentar solicitudes para construir nuevas unidades. El precio de suministro futuro será acordado en negociaciones entre el solicitante y el gobierno.

Existen proyectos de estructura compleja, como por ejemplo la extensión de la vida útil de las unidades N°4 de la central nuclear Doel y N°3 de Tihange, en Bélgica. El esquema de financiamiento incluye la nacionalización parcial de la empresa Electrabel, la transferencia de las obligaciones de gestión del combustible nuclear gastado desde la compañía energética al Estado belga, así como pagos financieros asociados.

Algunas conclusiones

Los Estados interesados en conservar y desarrollar su capacidad nuclear libre de carbono y confiables, han comenzado a asignar grandes sumas para financiar la construcción de nuevas unidades, la extensión de vida útil e incluso la reactivación de centrales cerradas.

La forma de financiación más común son los préstamos estatales en condiciones preferenciales o las garantías crediticias otorgadas por los gobiernos.

También está muy extendido el mecanismo de tarifa por diferencia de precios, que implica que el gobierno y la empresa energética acuerdan una tarifa fija para el suministro de electricidad. Si el precio de mercado cae por debajo de esa tarifa, el Estado compensa la diferencia; si sube, la empresa devuelve el excedente al gobierno.

Las empresas, por su parte, recurren a formas de financiación participativa, emisión de deuda o a contratos de suministro eléctrico a largo plazo. Esta última modalidad es viable gracias a la alta estabilidad de los costos de generación nuclear, que son poco sensibles a las fluctuaciones del precio del combustible nuclear.

Lo más sorprendente: los bancos, cuya función es financiar proyectos, incluidos los energéticos, no figuran entre las entidades que realmente invierten en energía nuclear.
Sí, en septiembre del año pasado, 14 bancos expresaron su apoyo a la iniciativa de triplicar la capacidad nuclear mundial para 2050. Pero, hasta ahora no ha habido noticias de créditos otorgados por ellos para la construcción de centrales nucleares. Es cierto que el Director General del OIEA, Rafael Grossi, celebró el avance hacia la eliminación de la prohibición injustificada del Banco Mundial de financiar proyectos nucleares. Sin embargo, ese “avance” y las declaraciones de apoyo no son contratos firmados ni fondos transferidos a quienes realmente diseñan, construyen, ponen en marcha y operan las plantas.

Por lo tanto, se puede decir que el engranaje de las inversiones nucleares por fin ha comenzado a moverse. Pero apenas está empezando a tomar impulso.