
El dinero volvió al uranio
volver al ContenidoEn abril de este año se publicó una nueva edición del “Libro Rojo” — el informe Uranium 2024: Resources, Production and Demand (“Uranio: recursos, producción y demanda en 2024”), dedicado al sector de la extracción de uranio. Los autores llegan a la conclusión de que los años de baja inversión en la industria (exploración geológica, construcción de minas y producción) han quedado atrás. Es más, la entrada de inversiones sigue en aumento. La base de recursos existente es suficiente para abastecer de uranio natural a todas las centrales nucleares en funcionamiento y planificadas hasta 2050. Sin embargo, para garantizar el suministro a las centrales nucleares a más largo plazo, se necesitarán fondos adicionales.
Uranium 2024: Resources, Production and Demand es un informe que se publica cada dos años. Es elaborado por especialistas del OIEA y de la Agencia de Energía Nuclear (NEA).
En esta nueva edición se analizan los datos correspondientes a los años 2021 y 2022. También se incluyen algunos datos de 2023 y 2024, así como proyecciones sobre la evolución de la capacidad instalada de la energía nuclear en distintas regiones y en el mundo en general, y la dinámica de la demanda de uranio natural por parte de los reactores nucleares hasta el año 2050 y más allá.
Exploración geológica y construcción de minas
Esta sección destaca la principal tendencia de los años 2021–2022: en los últimos dos años, las inversiones a nivel mundial en exploración y construcción de minas han comenzado a crecer.
Este cambio marcó un punto de inflexión con respecto a los años anteriores, cuando dichos gastos no hacían más que disminuir.
Así, en 2020, debido a los bajos precios del uranio, los gastos internos en exploración y construcción de minas se limitaron a 380 millones de dólares. En 2022, gracias al renovado interés por la energía nuclear, esa cifra aumentó a 800 millones de dólares. Los datos preliminares de 2023 muestran un nuevo crecimiento hasta los 840 millones.
No obstante, estas cifras aún están por debajo de los niveles anteriores a la recesión del sector y de la economía en general, cuando se invertían entre 1.500 y 2.100 millones de dólares.
Los gastos en exploración geológica fuera de las jurisdicciones “nacionales” también están aumentando a nivel mundial. De 50 millones de dólares en 2020, crecieron hasta aproximadamente 70 millones en 2022. Los datos preliminares de 2023 indican que estos gastos alcanzaron los 80 millones de dólares.
Los líderes en inversión total en exploración y construcción de minas son Canadá, China, Rusia, India, Namibia y Uzbekistán. Estos países representan el 90 % del volumen total de inversiones.
Recursos
En general, la base de recursos de uranio se ha mantenido prácticamente sin cambios en comparación con la edición anterior del informe. Australia sigue siendo el líder en cuanto al volumen total de recursos identificados y extraíbles.
Los recursos totales identificados y extraíbles en la categoría de costo inferior a 260 USD/kg de uranio superan los 7,9 millones de tn. De ese total, los recursos razonablemente asegurados (que representan el 60% del volumen) aumentaron un 1% en dos años, mientras que los recursos inferidos (el 40% restante) se mantuvieron aproximadamente en el mismo nivel. En la categoría de hasta 130 USD/kg de uranio, los recursos identificados y extraíbles disminuyeron un 3% en comparación con el año 2021, alcanzando los 5,9 millones de toneladas. En las categorías de costo hasta 80 USD/kg y hasta 40 USD/kg de uranio, la disminución fue más significativa: del 6% y del 14% respectivamente. Esta caída se debe principalmente a una reevaluación a gran escala de los recursos realizada por Brasil y Uzbekistán.
Solo cuatro países informaron sobre la existencia de recursos en la categoría de costo inferior a 40 USD/kg de uranio, de los cuales el 75% se concentra en Kazajistán. Los autores del informe señalan que la reevaluación de recursos y su traslado a categorías de mayor costo es una tendencia reciente.
En la tabla se presentan datos interesantes con las causas de los cambios más significativos en los volúmenes de recursos de uranio. La información está estructurada por países y por categorías (según el grado de exploración y el costo de extracción). Así, en Uzbekistán y Estados Unidos, los recursos de uranio con un costo de producción inferior a 40 USD/kg desaparecieron en los dos años transcurridos entre las últimas ediciones del “Libro Rojo”. En Uzbekistán se eliminaron reservas con costos superiores a 260 USD/kg y se ajustaron otras: parte de los recursos inferidos fueron transferidos a la categoría de recursos identificados y razonablemente asegurados, entre otros cambios. El resultado total de todas las reevaluaciones fue una reducción de 67.700 toneladas de uranio. Algunos países, como Bulgaria, Camerún y Pakistán, informaron por primera vez sobre la existencia de recursos de uranio. Los recursos crecieron en Egipto y Arabia Saudita; en este último caso, el aumento está relacionado con nuevos recursos en el yacimiento de uranio-torio de Jabal Sayid. En Namibia se observó un fuerte incremento: los recursos en las tres categorías superiores de costo crecieron en 41.200 tn.
Producción
La producción de uranio en minas alcanzó su punto mínimo en 2021, con un total de 47.361 tn. La tendencia a la baja se debió principalmente a la reducción de la producción en Kazajistán y Canadá, provocada por los bajos precios en el mercado y la pandemia, y en Australia también por el cierre de operaciones en la mina Ranger. Esta tendencia descendente duró cinco años y solo se revirtió en 2022, cuando la producción aumentó un 5 % y alcanzó las 49.490 tn de uranio. Un año después, en 2023, el crecimiento se duplicó y la producción total llegó a 54.345 tn. Sin embargo, esta cifra sigue siendo un 14% inferior al nivel máximo de casi 63.000 tn registrado en 2016.
En 2022, un total de 17 países produjeron uranio natural en el mundo. El mayor productor fue Kazajistán, con una participación del 43%. Produjo el doble que Canadá, Namibia, Australia y Uzbekistán, que ocupan respectivamente el segundo, tercer, cuarto y quinto lugar en la lista de los principales productores. Rusia se encuentra en la sexta posición, mientras que Níger, China e India ocupan el séptimo, octavo y noveno lugar. Estos nueve países representaron el 99% de la producción mundial de uranio.
En 2022, el método dominante de extracción de uranio fue la lixiviación in situ (por disolución subterránea), con una participación de aproximadamente el 60%. Sin embargo, en 2023 esta participación se redujo al 55% debido a la reactivación de la mina subterránea McArthur River, en Canadá.
Demanda
El “Libro Rojo” contempla dos escenarios para el desarrollo de la energía nuclear: uno “bajo” y otro “alto”. En función de estos escenarios se calcula también la demanda de uranio para el sector nuclear. Así, al 1° de enero de 2023, había en funcionamiento en el mundo 438 reactores nucleares con una capacidad eléctrica total de 394 GW. Según estimaciones de los expertos, su funcionamiento requería alrededor de 59.000 tn de uranio al año. De acuerdo con el escenario “bajo”, la capacidad instalada total de los reactores nucleares aumentará hasta 574 GW, lo que implicará una demanda de aproximadamente 90.000 tn de uranio anuales. Según el escenario “alto”, la capacidad total de los reactores alcanzará los 900 GW, y la demanda de uranio crecerá hasta 142.000 tn por año.
Se espera que el mayor crecimiento se registre en Asia Oriental: 212 GW o 354 GW según los escenarios “bajo” y “alto”, respectivamente. También se prevé un aumento significativo de la capacidad nuclear en Asia Central y Meridional y en Oriente Medio (regiones que en el Libro Rojo se agrupan): hasta 17,4 GW en el escenario alto y hasta 7,4 GW en el bajo. En el Sudeste Asiático, la capacidad nuclear no se desarrollará en el escenario bajo, pero podría alcanzar los 7 GW en el alto. En los países europeos fuera de la Unión Europea (incluida Rusia), la capacidad total podría aumentar hasta 104 GW para 2050 en el escenario bajo y hasta 124 GW en el alto. En cambio, para los países de la Unión Europea, el pronóstico es menos optimista: una reducción del 17% respecto al nivel de 2022 en el escenario bajo (hasta 83,5 GW) o un crecimiento del 33% en el escenario alto (hasta 133,7 GW). En África, según el escenario, se alcanzarán 11,3 GW o 20,3 GW. En América del Norte, la capacidad nuclear total disminuirá hasta 88,6 GW o aumentará hasta 141,8 GW.
“Los factores clave que determinarán el futuro de la capacidad nuclear son la creciente demanda de electricidad, la competitividad económica de las centrales nucleares, las soluciones innovadoras para financiar estos proyectos de gran inversión, las cadenas de suministro sostenibles, las estrategias fiables para la gestión de residuos, la aceptación pública y la alineación con los objetivos nacionales de seguridad energética”, señala el informe.
Balance entre oferta y demanda
Al momento, el mundo dispone de suficiente uranio para satisfacer la demanda de la energía nuclear global hasta el año 2050 bajo cualquier escenario. Incluso en el escenario “alto” se requerirá solo alrededor del 50% de los recursos identificados con un costo de producción inferior a 130 USD/kg, o aproximadamente el 35% de la base de recursos con un costo inferior a 260 USD/kg. Sin embargo, la existencia de recursos no garantiza una producción estable de uranio natural.
La producción de las minas cubrió en 2022 alrededor del 85% de las necesidades mundiales de la industria nuclear, frente al 79% en 2020. La demanda restante se satisfizo mediante suministros de fuentes secundarias (reservas gubernamentales y comerciales, combustible reprocesado, uranio empobrecido, enriquecimiento de residuos, entre otros). Como destacan los autores del informe Libro Rojo, en los últimos años las compañías generadoras de energía han acumulado importantes reservas, aprovechando los bajos precios del uranio para protegerse de posibles interrupciones en el suministro, una amenaza constante para el segmento del combustible nuclear desde la pandemia de COVID-19.
El aumento de los precios ha estimulado a los propietarios de instalaciones mineras inactivas a reanudar la producción. Sin embargo, la reactivación y construcción de nuevas plantas para la producción de uranio natural enfrenta una serie de desafíos que retrasan el inicio de su plena operación. Los autores del Libro Rojo concluyen que, si se desarrolla el escenario de baja demanda, la producción de uranio podrá satisfacerla solo hasta 2031. En el caso de una alta demanda, esa capacidad solo se mantendría hasta 2027. A partir de entonces, podría surgir un déficit. «Las fuentes secundarias seguirán cubriendo parte de la demanda de uranio, pero es crucial poner en marcha nuevas capacidades en los centros de extracción en desarrollo o en etapa de planificación, así como continuar con los trabajos de exploración geológica para identificar recursos adicionales», señala el informe.
Cumplir con las recomendaciones de los autores, al parecer, no será una tarea sencilla, ya que la puesta en marcha de nuevas instalaciones requerirá inversiones significativas y conocimientos técnicos especializados. Es posible que los productores tengan que enfrentar obstáculos complejos e impredecibles, entre ellos confrontaciones geopolíticas, cambios en los marcos legales y regulatorios, dificultades técnicas y oposición por parte de las comunidades locales.
El factor clave para el lanzamiento de nuevas operaciones y la atracción de inversiones será la situación del mercado del uranio natural. Una posible vía para cambiar esta situación en el futuro es el éxito del cierre del ciclo del combustible nuclear, mediante el uso de reservas de uranio empobrecido y el reciclaje múltiple de los mismos volúmenes de uranio extraído. Esta línea de desarrollo es considerada estratégica para el futuro de la energía nuclear por parte de Rosatom. Las tecnologías de cierre del ciclo del combustible nuclear serán implementadas en el proyecto «Proryv» (Breakthrough Project).